Capitulo Uno : Los Planetas de la Fe


La fe es el único medio a través del cual podemos ver, oír o sentir el mundo superior; de lo contrario, todo nos parecería sin sentido. Para comprender ese plano se necesita un despertar interno. Sólo podemos entrar en contacto con el mundo más excelso a través de una fuente superior. Por consiguiente, el conocimiento acerca del plano superior, divyam jñanam, no es un conocimiento ordinario; es un sentimiento y un sentido trascendental, supramental.

Sin embargo, para comprender esto, es indispensable la rendición. Después, podemos continuar escuchando, cantando, recordando, adorando y alabando al Señor o llevando a cabo tantas otras clases de servicio; pero lo primero, la base de la devoción, tiene que ser la autorrendición. De lo contrario, nada será realizado. Nuestra pretendida devoción será una simple imitación.

Nosotros debemos sentir sinceramente: "Yo permaneceré fiel en mi servicio al Señor Supremo. Yo he nacido para Él. Estoy dispuesto a morir para vivir. Quiero vivir solamente para Él y no para satisfacer un interés separado. No quiero otra cosa que al Absoluto. Deseo ser Suyo por completo". Esta clase de intensidad es un requisito imprescindible para un devoto. El devoto tiene que pensar, tiene que sentir que él ha nacido para Krsna. No es una entidad independiente; él depende de Krsna, el Supremo Centro Absoluto y de nadie más.

Identificarnos con los intereses de nuestra familia, sociedad o país, es egoísmo extendido; pero tenemos que eliminar todas las falsas identificaciones. No debemos ser egoístas ni enredarnos en el egoísmo extendido, más bien, debemos eliminar toda clase de contaminación extraña en nuestra concepción del ser. Todas las demandas externas deberán suprimirse. Habremos de sentir entonces, en lo más profundo de nuestro corazón, que estamos vinculados con todo el Infinito, el Absoluto.

No se necesita de nada externo para nuestro éxito. Lo único que se requiere de nosotros es que desmantelemos la cobertura del ego. El ego recoge algunos elementos extraños, pero esa caja de colecciones extrañas debe ser disuelta, eliminada. Y entonces, en lo más profundo del corazón, habremos de encontrar nuestro vínculo con el plano esencial del servicio amoroso al Todo Orgánico.

Tanto el disfrute como la renunciación son anormales. Son dos tipos de demonios: Disfrute o explotación y descanso eterno o renunciación. Estas dos tendencias son nuestras enemigas. Una vida más elevada y positiva sólo es posible cuando nos volvemos totalmente independientes de la explotación y de la renunciación.

Todo nos ayudará, si podemos verlo en relación con el Centro. Por otra parte, la renunciación exclusiva practicada por los sankaritas y los budistas, no se recomienda en nuestra línea. Estamos interesados en armonizar las cosas para que todo nos recuerde nuestro deber hacia el Absoluto y nos incentive para dedicarnos a Él.

prapañcikataya buddhya, hari-sambandhi-vastunah
mumuksubhih parityago, vairagyam phalgu kathyate
anasaktasya visayan, yatharham upayuñjatah
nirbandhah krsna-sambandhe, yuktam vairagyam ucyate
Bhakti-rasamrta-sindhuh

Despreciar el medio ambiente, pensando que está repleto de cosas materiales indeseables, no nos ayudará. No es lo correcto. Todo lo que hay en el medio ambiente debe recordarnos al Absoluto. En ese espíritu debemos movernos, pensando: "Acéptame y conéctame con el servicio a nuestro Señor". Cuando el medio ambiente es percibido con la visión correcta, todo nos animará y estimulará en nuestro servicio al Centro. Vivimos en un todo orgánico, en un sistema. Y ese sistema está compuesto del propietario y la propiedad, el amo de la potencia y los diferentes tipos de potencias (sakti-saktiman).

El emporio del rasa

La potencia del Señor es dinámica y ese dinamismo constantemente produce rasa o el sabor del éxtasis. Todo el lila produce éxtasis (anandam, rasam). Krsna mismo es el emporio del rasa (akhila-rasamrta-murtih... anandamaya-vilasa). En Su lila el movimiento dinámico es una necesidad, no puede eliminarse. Y ese movimiento siempre está generando un éxtasis nuevo que nutre cada átomo del mundo espiritual. En esa morada trascendental, Krsna es el centro que todo lo atrae y que entusiasma en todas las cosas al éxtasis y al goce, rasa y anandam. Esta es la naturaleza del movimiento del Absoluto. No es estático, sino dinámico, lleno de movimiento. Y ese movimiento es prati-padam purnamrtasvadanam: En cada punto, a cada paso, origina un nuevo tipo de gozo que es infinito. No es el gozo gastado y estéril que encontramos aquí.

Este es el verdadero concepto acerca del Absoluto. El Todo Orgánico, que siempre está trabajando y moviéndose, es pleno y Su plenitud es siempre nueva. Él no está estancado ni inmóvil. Se mueve de tal forma que a cada minuto, a cada segundo, produce un gozo siempre nuevo, desconocido e infinito. Y sólo podemos adquirir ese gozo pagando el precio más elevado: La abnegación. Ese pase, que nos permite entrar en el plano del gozo dinámico, automático y que a cada minuto se renueva, es muy valioso. Y ese pase es la abnegación absoluta.

Ese sacrificio es gozoso y uno puede saborear ese regocijo maravilloso incluso aquí en este mundo, donde a cada segundo que pasa, todo está muriendo. Es un toma y da. Si queremos obtener algo elevado, también tenemos que dar. Debemos ser generosos en nuestra dedicación y habremos de recibir en abundancia de aquel lugar. La dedicación plena es el precio y a cambio se nos colmará de éxtasis: anandam budhi-vardhanam. Sentiremos que estamos en medio de un océano de gozo. En la actualidad, vamos en busca de un sentimiento gozoso, como alguien que busca un vaso de agua en medio del desierto. Sin embargo, mediante la dedicación, descubriremos que estamos en un océano de gozo cuya reconfortante dulzura se incrementa a cada instante.

La cualidad del gozo es variada y viene a ayudarnos en nuestra actitud de servicio, para que a cada instante podamos sentir un nuevo estímulo. Así pues, debemos inquirir de un agente apropiado, seguir su consejo y tratar de entender de qué manera podemos mejorar nuestra condición. Al mismo tiempo, debemos estar conscientes que la oportunidad de ejecutar servicio devocional se encuentra muy rara vez. No es algo barato. Por consiguiente, debemos utilizar cada minuto, cada segundo, cada momento. Debemos permanecer muy alertas para no perder un instante, para que nuestro intento de dedicarnos pueda continuar de manera permanente, sin interrupción. Esa etapa de dedicación recibe el nombre de nistha y cuando alcanzamos esa etapa, nuestro gusto se desarrolla más y nos sentimos cada vez más animados a seguir adelante y progresar hacia nuestra realización última.

Siete días de vida
Sukadeva Gosvami le dijo a Pariksit Maharaja que siete días de vida eran suficientes para lograr la perfección. Él dijo: "Sólo te quedan siete días de vida, ¿piensas que es muy poco tiempo? Es tiempo suficiente. Lo más importante es utilizar apropiadamente cada segundo". No sabemos con certeza cuánto tiempo tenemos en nuestras manos, pero debemos tratar, en lo mejor de nuestra capacidad, de utilizar cada segundo de manera apropiada. Esto no debe descuidarse. No debemos pensar: "El futuro está ante mí; cuando así lo desee, puedo ocuparme en la provechosa actividad de la vida espiritual". No debemos perder ni un segundo. Longfellow escribió:

¡No confíes en el futuro por placentero que sea!
¡Deja que el pasado muerto entierre a sus muertos!
¡Actúa, actúa en el presente vivo!
¡Con el corazón dentro y Dios sobre tu cabeza!

El presente está en nuestras manos. No sabemos del futuro. Debemos tratar de usar el tiempo disponible de la manera más provechosa. ¿Y cómo será utilizado nuestro tiempo de la mejor manera? En la asociación de los santos y de las Escrituras.

La pureza debe medirse con la medida del sacrificio. Y no del sacrificio por un interés parcial, sino del sacrificio por el Todo. Se nos ha mostrado al Todo Absoluto como el emporio del rasa (ahkila-rasamrta-murtih), el Bien Absoluto, el Autócrata, el diseñador y el destinatario de todo lo que percibimos. Nuestro ideal de sacrificio debe ser tan elevado que podamos renunciar incluso a los resultados correspondientes del sacrificio. La abnegación, la rendición, se conoce generalmente como atma-nivedanam, sin embargo, atmaniksepa es una palabra más enérgica para designar a la rendición. Su significado es: "Lanzarse hacia el Infinito con desesperación". Uno debe estar desesperado en el sacrificio de no ambicionar un tipo de egoísmo más grande o extenso, sino sólo rendirnos al Centro. El sacrificio está destinado al centro, Krsna, el que todo lo atrae.

Al tratar de comprender esa posición, nos interesan dos cosas: El conocimiento trascendental (sambandha) y los medios para alcanzar la meta (abhidheya). Si llegamos a comprender ambas correctamente, la realización de la meta última (prayojana ) llegará de manera automática. Debemos estar muy conscientes del Centro al cual ofrendamos todo. El objetivo de nuestra realización (sambandha) y nuestra dedicación o pureza de propósito (abhidheya) son los dos factores más importantes. Podemos llegar a comprender esto a través de las Escrituras y de los santos. Y si nos interesamos en el sacrificio más puro y excelso, el fin llegará por sí solo. No tenemos que preocuparnos por remuneración alguna. Sólo tenemos que llevar a cabo nuestro deber y la remuneración llegará. A quién nos dedicaremos y qué habremos de recibir, estas son las cosas que debemos tratar, pensar, meditar y llevar a la práctica. De este modo, debemos esforzarnos por vivir en el Infinito. Debemos permanecer constantemente ocupados en el cultivo del amor y la belleza infinitos como fue recomendado por Sri Caitanya Mahaprabhu.

El océano de la fe

Aunque el objetivo de la fe de nuestro corazón es infinito, algunos hombres de experiencia en el océano de la fe nos han dado algunas concepciones acerca de Él. Muchos han tenido singulares experiencias en el océano de la fe y éstas han sido registradas en las Escrituras. A través de ellas podemos aproximarnos a los santos, quienes se yerguen como faros para ayudarnos a cruzar el océano de la nesciencia. No obstante, eso debe ser genuino y no una simple especulación o imitación. También es posible imitar lo auténtico cuando tomamos nuestra experiencia mundana y la imponemos en el mundo de la fe. Por lo tanto, debemos aproximarnos a ese plano con sumo cuidado a través de la línea de los santos fidedignos.

Tenemos que conocer cuidadosamente las cualidades de un santo verdadero. Sus indicios han sido señalados en las Escrituras. ¿Quién es un discípulo y cuál debe ser su actitud? Todas estas cosas aparecen en las Escrituras.

La fe es imprescindible para actuar en ese mundo sustancial consciente que es subjetivo. Esto es lo más importante a recordar: El Infinito es subjetivo. Él puede guiarnos y ser afectuoso con nosotros. Todas estas cosas deberán tenerse en cuenta. Él puede guiarnos. La verdad revelada descansa sobre esta base: No podemos aproximarnos a Krsna a través del método ascendente, pero Él puede descender a nuestro nivel para darse a conocer. Tenemos que comprender este punto tan fundamental y sustancial: Él puede venir a nosotros y nosotros sólo podremos llegar a Él a través de la fe.

Sraddha, la fe, es más importante que la verdad basada en el cálculo. El ejemplo de las grandes almas es más valioso para nosotros que nuestro cálculo humano. La verdad externa, material, física, no tiene mucho valor, más bien es una actitud falsa de la mente, la cual es muy fuerte. A esa verdad física no se le debe dispensar mayor respeto que a las prácticas intuitivas de los devotos puros: Por el contrario, se le debe dar preferencia a la intuición de un devoto puro y no a los cálculos de los hombres ordinarios acerca de la verdad. La fe no guarda relación alguna con la así llamada realidad de este mundo. Es completamente independiente. Hay un mundo que sólo es regido por la fe (sraddha-mayam-lokam). Allí la fe lo es todo. Ese mundo es infinito y plenamente complaciente. Por la dulce voluntad del Señor todo puede ser real en el mundo de la fe; pero aquí, en la tierra de la muerte, el cálculo es inconcluyente y destructivo en su meta final; no tiene valor esencial. Debe ser rechazado. El conocimiento de los materialistas, el cálculo falible de las almas explotadoras, no tiene valor alguno. Sin embargo, en el mundo del Infinito, la fe es el único patrón por el cual todo se mueve.

svayam samuttirya sudustaram dyuman
bhavarnavam bhimam adabhra-sauhrdah
bhavat padambhoruha-navam atra te
nidhaya yatah sad-anugraho bhavan
Srimad-Bhagavatam 10.2.31

El Srimad-Bhagavatam dice aquí que así como la brújula es la única guía en medio del vasto océano cuando no podemos ver ninguna otra cosa, así también, en el mundo del Infinito, nuestra única guía son las huellas de aquellas grandes almas que han recorrido el sendero de la fe. Las sagradas huellas de aquellos que han ido a la región más excelsa han señalado el camino. Esa es nuestra única esperanza. Yudhisthira Maharaja dice también que el verdadero secreto está oculto en el corazón de los santos como un tesoro escondido en una cueva misteriosa (dharmasya tattvam nihitam guhayam). La espaciosa línea que conduce a la verdad es trazada por aquellos que se encaminan hacia el mundo divino. Y esa es nuestra guía más segura. Todos los otros métodos de orientación deberán eliminarse porque el cálculo es falible.

La guía viene del Infinito Absoluto. Y Su guía puede venir en cualquier forma, en cualquier lugar, en cualquier momento. Con esta amplia visión debemos entender el significado de Vaikuntha. Vaikuntha quiere decir "sin límites". Es como si nos encontráramos en una nave, flotando en el infinito océano. Muchas cosas pueden venir a ayudarnos o a obstaculizarnos, pero sólo nuestra optimista buena fe puede ser nuestra guía, nuestro Gurudeva. Sri Guru es el guía.

nr-deham adyam sulabham sudurlabham
plavam sukalpam guru-karnadharam
mayanukulena nabhasvateritam
puman bhavabdhim na taret sa atma ha
Srimad-Bhagavatam (11.20.17)

En el infinito océano hemos abordado nuestra pequeña nave, la forma humana de vida, y nuestro destino es incierto e inconcebible. Sin embargo, es concebible para nuestro Gurudeva (guru-karnadharam). Nuestro Guru es nuestro guía, el capitán de la nave. Y con fe sincera tenemos que progresar. Estamos intentando cruzar un horrible océano con enormes olas, peligrosos tiburones y ballenas que comen ballenas. Está repleto de peligros. La guía de los santos es nuestra única esperanza. Tenemos que depender de ellos. Ellos se yerguen en el ilimitado océano como faros para conducirnos a la tierra de la fe.

Fe quiere decir "esperanza en el Infinito". Vaikuntha quiere decir "Infinito" y sraddha significa "buena fe". Así como hay un lugar llamado Cabo de la Buena Esperanza, sraddha quiere decir "recargado de buena fe en el Infinito". Vaikuntha quiere decir Infinito, y si deseamos atraer la atención del Infinito, el único camino que tenemos es sraddha.

Sólo a través de sraddha podemos atraer al Infinito. Y cuando sraddha desarrolla una forma definida, después de pasar por bhava, emoción extática, sraddha se convierte en prema, amor divino. Colón se hizo a la mar y después de un largo viaje llegó a América, la tierra de la buena esperanza. De la misma manera, con esperanza, con sraddha, fe, podremos llegar al plano más excelso del cosmos espiritual después de atravesar Vaikuntha. Sraddha es nuestra luz en la oscuridad.

Sólo sraddha puede guiarnos cuando somos viajeros en el Infinito. "He oído decir que éste es el camino que conduce a ese lugar", ese espíritu mantendrá nuestros corazones animados. La definición de sraddha aparece en el Caitanya-caritamrta: "Fe es la firme convicción que por servir a Krsna, todos los demás propósitos son servidos automáticamente". Si no hay riesgo, no hay ganancia. Mientras mayor es el riesgo, mayor es la ganancia. Krsna nos reafirma: "Yo estoy en todas partes, no hay por qué temer. Date cuenta que Yo soy tu amigo. Yo soy todo y tú eres Mío. Creer en esto es el único precio que deberás cubrir para viajar a la tierra de la fe".

La Verdad Absoluta, la sustancia trascendental que es el objetivo de nuestra indagación a través de la fe, está dotada con poder y conciencia plenos. Él es bondadoso, dulce y magnánimo. Su poder es infinitamente superior al nuestro y nosotros somos infinitamente más pequeños que Él. En comparación con Él, somos insignificantes; esa debe ser nuestra posición.

¿Cuál será entonces el verdadero síntoma de un discípulo? ¿Quién es un buscador genuino de la verdad? ¿Cuál es la calificación de aquel que busca la verdad, cuál es su disposición, su naturaleza? ¿Y cuál será el síntoma del Guru, la guía?

En el Bhagavad-gita, Sri Krsna dice:

tad viddhi pranipatena, pariprasnena sevaya
upadeksyanti te jñanam,
jñaninas tattva-darsinah

"Uno sólo puede conocer la verdad acercándose sumisamente e inquiriendo de aquellos que han visto y realizado esa verdad. Y al prestarles servicio, uno se iniciará en el conocimiento trascendental".

¿Qué se necesita? Pranipat, rendición y seva, servicio. Entonces la indagación será genuina; de lo contrario, sería una transacción falsa, sin ningún valor. Todo sería un despilfarro de energía. La fe verdadera no nos permite considerarnos libres para hacer cualquier cosa. Si es una transacción genuina, tiene que haber alguna guía de lo alto. Así pues, lo más importante para un devoto es sraddha, fe.

Cuando desarrolle fe, hará cualquier cosa para aproximarse al reino superior subjetivo. Aquel que tiene fe desea relacionarse con esa sustancia superior que se compone de eternidad, conocimiento y bienaventuranza. La fe se mueve de conformidad con la existencia, el conocimiento y el amor. Y cuando estos tres puntos primordiales son realizados, nuestra existencia se ve plenamente satisfecha. La fe nos pide aproximarnos al mundo superior, no al inferior. Y el principio fundamental de la fe es pensar: "Krsna es superior en todos los aspectos. Él es nuestro guardián y bienqueriente".

Los racionalistas, con sus cerebros científicos, siempre andan en busca de diferentes métodos para utilizar y dominar lo que han descubierto en sus investigaciones. Pero la fe está interesada en una sustancia infinitamente superior en todos los aspectos, superior incluso al propio buscador. Aquel que indaga acerca de una sustancia superior, debe recurrir a lo que generalmente se conoce como la fe. También en la fe se necesita de una guía apropiada y esa guía la proporciona el plano superior. Si queremos tener éxito, esa debe ser la actitud de nuestra indagación o búsqueda. Por consiguiente, el Bhagavad-gita aconseja: pranipat, pariprasna y sevaya, "rendición, indagación y servicio". En los Upanisads se declara:

tad vijñanartham sa gurum evabhigacchet
samit panih srotriyam brahma-
nistha m

"Para comprender la Verdad Absoluta, uno debe acercarse a un Guru que esté firmemente situado en el conocimiento espiritual y que sea bien versado en las Escrituras. Uno debe aproximarse al Guru preparado para el sacrificio". Esta es la instrucción general de los Upanisads. De manera similar, el Srimad-Bhagavatam (11.3.21) aconseja:

tasmad gurum prapadyeta, jijñasuh sreyah uttamam
sabde pare ca nisnatam, brahmany upasamasrayam

"Aquél que está seriamente interesado en buscar su perspectiva más elevada, debe refugiarse por completo en un Guru que posea intensas realizaciones acerca del Señor Supremo y del significado profundo de las Escrituras. Tales Maestros Espirituales han dejado a un lado todas las consideraciones relativas en favor de la consideración absoluta suprema".

Debemos estar muy atentos a todas estas cosas. Debemos tratar de comprender, buscando en nosotros mismos, si verdaderamente nos estamos aproximando a la divinidad a través de la fe. Debemos ver también si nuestra fe es genuina. Fe verdadera y credulidad no son lo mismo. Tenemos que ver si somos buscadores fidedignos con fe verdadera o si somos de aquellos de fe adulterada. Y la fe verdadera tiene sus síntomas. Debemos consultar con las autoridades superiores para que nos guíen, porque la fe es lo más importante.

Si estamos buscando la verdad, es que nos sentimos insatisfechos con nuestra presente adquisición. Estamos asumiendo un riesgo para saltar hacia una perspectiva más elevada. Por consiguiente, debemos escoger la guía cuidadosamente. Debemos ser tan cuidadosos como sea posible. Se nos ha dicho que nuestro razonamiento actual no es suficiente para ayudarnos; que más que razonamiento se necesita sraddha, y sraddha también tiene sus síntomas. No obstante, hasta donde sea posible, haremos uso de nuestro razonamiento.

Cuando por primera vez llegué a la misión, pensé: "Las verdades trascendentales que escucho de estos devotos no están al alcance de la inteligencia mundana, pero aun así, cuando yo quiera sumergirme en esa asociación, habré de utilizar Mi razonamiento e intelecto hasta donde sea posible, comprendiendo que voy a lanzarme en algo que está más allá de mi control, más allá de mis cálculos". De modo que debemos entender cuidadosamente, bajo la guía de los santos, de las Escrituras y de los Gurus, qué es sraddha.

Por supuesto, aunque vayamos por el sendero correcto, nunca es seguro que estará libre de impedimentos. Aun cuando estemos progresando, obstáculos inesperados pueden perturbarnos y demorar nuestro avance. Aunque veamos que muchos a nuestro alrededor caen o se retiran, debemos continuar adelante. Debemos tener convicción para pensar que aunque muchos emprendieron el sendero con nosotros y ahora se están devolviendo, nosotros tenemos que continuar. Tenemos que fortalecer nuestra energía y seguir adelante, aunque sea solos. Nuestra fe debe ser tan fuerte que estemos resueltos a seguir adelante solos si es necesario y con la gracia de nuestro Señor superar cualquier dificultad que encontremos en nuestro camino. De este modo, tenemos que prepararnos. Debemos desarrollar devoción exclusiva. Por supuesto, siempre deberemos tratar de encontrar buena asociación. Sin embargo, a veces nos parecerá que no hay asociación, que estamos solos. Aun así debemos continuar y buscar el faro de la verdad.

Progreso significa eliminar una cosa y aceptar otra. No obstante, deberíamos ser capaces de ver que hay muchos otros que pueden ayudarnos en nuestro progreso en el camino de la dedicación; tenemos que seguir adelante con nuestros ojos abiertos. Las Escrituras describen muchos niveles que tendremos que superar en nuestro progreso. Por eliminación, el sendero del progreso se delinea desde Brahma a Siva, y luego Laksmi. Por último, se muestra a Uddhava como el superior de todos. Pero en su opinión, las gopis son los devotos más excelsos. Esto lo confirma Rupa Gosvami:

karmibhyah parito hareh priyataya vyaktim yayur jñaninas
tebhyo jñana-vimukta-bhakti-paramah premaika-
nistha s tatah
tebhyas tah pasu-pala-pankaja-drsas tabhyo `pi sa radhika
prestha tadvad iyam tadiya-sarasi tam nasrayet kah krti
Sri Upadesamrta (10)

"En el mundo, algunos regulan su tendencia a la explotación de acuerdo con las reglas de las Escrituras, buscando así la elevación progresiva al reino espiritual. No obstante, superiores a ellos son los sabios que abandonando la tendencia a enseñorearse sobre los demás, buscan sumergirse profundamente en la región de la conciencia. Pero infinitamente superiores son los devotos puros que están libres de ambiciones mundanas y que se han liberado del conocimiento, y no es por medio del conocimiento que han alcanzado el amor divino. Ellos han logrado entrar en la tierra de la dedicación y allí se ocupan espontáneamente en el servicio amoroso al Señor. Entre todos los devotos, sin embargo, las gopis son las más excelsas porque han abandonado a todos, incluyendo sus familiares, y a todo, incluyendo las regulaciones de los Vedas, y se han refugiado por completo en los pies de loto de Krsna, aceptándolo como su única protección. Sin embargo, entre todas las gopis, Srimati Radharani es la reina suprema, porque Krsna abandonó la compañía de millones de gopis durante la danza del rasa para ir exclusivamente en busca de ella. Ella es tan querida para Krsna, que el estanque en el cual ella se baña es su lugar favorito. ¿Quién, a no ser un demente, no ambicionaría servir en ese, el más excelso de los lugares sagrados, bajo el amparo de devotos superiores?"

Profundiza más, asciende más

En sus conversaciones con Ramananda Raya, Sri Caitanya Mahaprabhu dice repetidas veces, eho bahya, age kaha ara. ¡Debes ir más allá, profundizar más, avanzar! Hay muchos que consideran su posición como la más elevada, que después de alcanzar una etapa determinada, se detienen allí. Pero en el Brhad-bagavatamrta de Sanatana Gosvami, encontramos que Gopa-kumara, comenzando desde las etapas más bajas de la devoción, progresa gradualmente a través de distintos niveles y al fin llega al concepto Krsna en la modalidad de la amistad, sakhya-rasa. Allí se describe cómo él, paulatinamente, elimina una etapa y progresa hacia las etapas más elevadas de la devoción.

A medida que él progresa de etapa en etapa, le parece que todos son muy serviciales, pero gradualmente su compañía llega a parecerle rancia. En ese momento, a través de un agente de la divinidad, se le ofrece una oportunidad más elevada y, dejando atrás ese plano, se dirige a uno nuevo y superior. De esta manera, en el Brhad-bagavatamrta se muestra la trayectoria de la dedicación.

Una luz más elevada

Así como en el mundo tangible existen el sol, la luna y tantos otros planetas, en el mundo de la fe hay una jerarquía de sistemas planetarios. Tenemos que escudriñar las Escrituras, aprovechar la guía de los santos y comprender cómo la fe logra progresar a los niveles más elevados al eliminar los planos inferiores. Y para progresar debemos consultar con un agente superior cada vez que haya una duda.

La realidad espiritual es existencia eterna, conciencia plena y éxtasis. La simple existencia no puede satisfacernos. Ni siquiera nuestro anhelo y sentimiento interno, la conciencia, no es suficiente. Necesitamos rasa y ananda, éxtasis, para que nos den satisfacción.

La realización espiritual es también de diversas clases. Tenemos que diferenciar entre los distintos conceptos espirituales y nuestra elección mejora a medida que nos sumergimos más y más profundamente en la realidad. Tenemos que morir para vivir. Y la consideración acerca de la muerte es también profunda, muy profunda, profundísima. La gradación de superior e inferior siempre está allí. Si hemos de progresar, tiene que haber eliminación y nueva aceptación. Nuestros deberes actuales pueden ser abandonados por otros más elevados.

De esta manera debemos progresar, consultando siempre con los santos y las Escrituras. Ellos nos guiarán en el océano de la fe. De lo contrario, el mundo espiritual permanecerá desconocido e incognoscible. La Verdad Absoluta es conocida y cognoscible para un sector específico y ellos nos han dado orientación. Si la aprovechamos, a través de la guía de los santos y de las Escrituras gradualmente eliminaremos nuestras faltas.

En primer lugar tenemos que eliminar esta existencia mortal. Después, debemos satisfacer nuestra razón, nuestra conciencia. Y finalmente, tenemos que satisfacer nuestro corazón. Sri Caitanya Mahaprabhu dice que el corazón es lo más importante que tenemos dentro de nosotros. Debemos seguir las indicaciones del corazón. La satisfacción más elevada es la del corazón y no la satisfacción de la conciencia ni el logro de la existencia eterna. Si no es consciente, la existencia eterna no tiene significado alguno, y la conciencia no tiene sentido si no proporciona alguna satisfacción. Así pues, sat, existencia eterna; cit, conciencia; y ananda, satisfacción, éxtasis, son los tres principios de nuestro destino final. Considerándolos como nuestra meta, progresaremos cada vez más en nuestra vida espiritual.

En el Manu-samhita se declara:

vidvadbhih sevitah sadbhir, nityam advesa-ragibhih
hrdayenabhyanujñato, yo dharmas tam nibhodhata

Nuestro corazón puede sentir si somos ganadores o perdedores. Esa máquina degustadora está dentro de nosotros. A medida que progresamos en la conciencia de Krsna, nuestro karma, nuestra conexión con este mundo material, se evaporará en un instante y el vasto conocimiento vendrá a satisfacernos. En ese momento, sentiremos que el objeto de nuestra vida está en todas partes (mayi drste `khilatmani). Cuando podamos percibir que la perfección de la vida nos abraza, veremos que todo el medio ambiente nos está ayudando, que todo es favorable hacia nosotros desde todas las direcciones. En ese reino espiritual todos se interesarán en amarnos. Nosotros podremos descuidar nuestro propio interés, pero el medio ambiente allí es más favorable y afectuoso con nosotros de lo que podemos imaginar, de la misma manera que un niño no puede apreciar el alcance del afecto de su madre. De este modo, los amigos y las comodidades hogareñas nos rodearán y con esta realización habremos de regresar a casa, regresar a Dios.